El Trastorno del espectro autista (TEA) es una alteración del desarrollo que no podemos detectar en el momento del nacimiento, tampoco podemos realizar una detección en los primeros meses de vida. Hoy por hoy aun no existen marcadores biológicos que nos permitan hacer el diagnostico al nacer. Sin embargo, si podemos realizar un diagnóstico temprano que nos permitirá a su vez empezar a estimular el desarrollo aprovechando el potencial que tiene el cerebro en edades tempranas. Como a día de hoy no existen pruebas médicas o biológicas que permitan realizar un diagnóstico, será necesario realizar pruebas basadas en la observación del comportamiento del niño y en su evaluación, para detectar las señales de alerta en el autismo
Muchos padres empiezan a manifestar sus preocupaciones cuando sus hijos se acercan al año y medio de edad. La primera preocupación que suele aparecer es la falta de lenguaje, el niño o no dice ninguna palabra o tal vez empezó a decir sus primeras palabras. Sin embargo, a parte de la ausencia de lenguaje es necesario que tengamos en cuenta muchas otras conductas que nos pueden indicar que el desarrollo del niño no sigue los cauces típicos y debemos realizar cuanto antes una intervención.
Las señales de alerta en el autismo son las siguientes:
1- Poco o nulo contacto visual.
2- Ausencia de lenguaje.
3- Juego repetitivo: girar ruedas de los coches, lanzar objetos una y otra vez.
4- No señala para pedir lo que necesita (lleva al adulto de la mano para obtener lo que quiere)
5- No responde cuando se le llama.
6- No comparte lo que le interesa, por ejemplo, no enseña juguetes a sus padres.
7- No realiza imitación de gestos (por ejemplo, los cinco lobitos).
8- No mira hacia donde otros señalan.
Estos comportamientos constituyen lo que podríamos llamar banderas rojas y es posible empezar a observarlos entre los 12 y los 14 meses de edad, antes del primer año de vida, estas conductas pueden pasar desapercibidas para los propios padres o los pediatras, por ello algunas claves nos pueden servir para saber si podemos encontrarnos ante un trastorno del espectro del autismo.
1-Si a los 16 meses de edad no dice algunas palabras sencillas.
2-Si observamos que pierde habilidades adquiridas, por ejemplo, si empieza a decir sus primeras palabras y de repente deja de hacerlo.
La detección antes de los dos años de edad es posible mediante la observación y la evaluación del comportamiento del niño. Es fundamental poder detectar las dificultades lo más pronto posible pues esto nos permitirá empezar a trabajar cuanto antes. Cuando los padres o madres tienen una sospecha acerca del desarrollo de sus hijos, esta sospecha debe ser tomada en serio y no atender a expresiones populares del tipo : “ya hablará”, “su padre también hablo muy tarde”, “cuando entre al colegio espabilará” , “es un poco vago”, entre muchas otras. Son expresiones que provienen de la buena intención de quienes nos rodean, pero que nos pueden hacer perder un tiempo muy valioso en la intervención. La experiencia en las últimas décadas nos indica que una intervención precoz conlleva a un mejor pronostico en el autismo.