¿Qué es la autoestima?
La autoestima, ese concepto tan de moda hace ya algunos años, se habla mucho de ella, pero poco se sabe, la Real Academia de la Lengua la define como la valoración positiva de nosotros mismos. El origen de la palabra autoestima proviene de un cultismo formado por el elemento autos (por sí mismo) y estimare (tasar, evaluar, valorar) proveniente del latín. En medios de comunicación se habla mucho de este concepto, existen multitud de publicaciones en forma de artículos de blog, podcast y libros de divulgación que tratan este complejo tema del ser humano. Y es que la autoestima es en gran parte el pilar de la vida, del desarrollo del ser humano, a partir de ella surgen todas las actuaciones que dirigimos hacia nosotros y hacia los demás.
La autoestima en la actualidad
Desafortunadamente el concepto de autoestima hoy en día se encuentra enormemente “manoseado”, los medios nos venden una idea falsa de autoestima, basada en aspectos como la apariencia física, el éxito laboral, la competitividad. Aspectos que nos llevan a pensar que solo existe un selecto grupo de personas que pueden pertenecer al bonito club de la autoestima. Por ejemplo, se nos ha vendido la idea de que las intervenciones estéticas mejoran la autoestima o que para fortalecer el concepto positivo de nosotros mismos hemos de involucrarnos en actividades que nos lleven al éxito.
Conceptos erróneos
Esos conceptos erróneos, distorsionados y perversos, hacen que las personas lleguen a consulta con un concepto de si mismos tremendamente debilitado. Cuando la autoestima o el autoconcepto se erosionan se convierten en un campo propicio para el origen de múltiples problemas psicológicos que adoptan diferentes formas. Muchas personas llegan con discursos muy críticos consigo mismos. Tremendamente interiorizados, generalmente no son conscientes de ello y el trabajo en sesión consiste en ayudar a las personas a acceder a esos contenidos. A ese dialogo interno, a esa voz crítica, con el fin de poner a prueba lo que nos dice.
Nuestro dialogo interno
Cuando nuestro dialogo interno esta plagado de critica destructiva. Podemos vernos en la situación de soportar atropellos y abusos por parte de los demás o podemos vernos en la situación de destruirnos a nosotros mismos a través de conductas poco saludables o que impliquen riesgos. Cuando compramos la idea de ser “malos” o “defectuosos”, irremediablemente generaremos ambientes en nuestra vida que resultan nocivos. Nos rodearemos de personas que no aportan a nuestra vida y no invertiremos en acciones que nos conduzcan al bienestar, total…no nos lo merecemos.
Suministro interno y suministro externo
Para ejemplificar la manera en que una autoestima saludable tiene un impacto muy significativo en nuestra vida me gusta utilizar la metáfora del suministro interno y el suministro externo del psicólogo Jorge Castelló. El cual utiliza una analogía muy interesante para explicar el funcionamiento del psiquismo humano en lo que a autoestima se refiere. Este psicólogo afirma que los seres humanos funcionamos como vehículos que requieren de dos suministros.
Por una parte, un suministro interno, el cual se refiere a como nos tratamos a nosotros mismos, a nuestro dialogo interno, a aquello que nos decimos cuando cometemos errores o nos equivocamos, a como definimos las cosas que nos pasan, por ejemplo si cuando las cosas no nos salen bien las formulamos en términos de “soy un fracaso”, “soy un desastre” , “nunca hago nada bien” o las formulamos en términos mas realistas de “hoy he tenido un mal día”, “hoy no he estado muy concentrado”.
Las afirmaciones del tipo “nunca hago nada bien” resultan absolutistas y poco realistas, no tienen en cuenta las múltiples variables que entran en juego cuando algo nos ocurre y en consecuencia son enormemente dañinas, impactan de lleno en nuestra autoestima, además les damos mucha credibilidad, consideramos que son verdades absolutas.
Por su parte, los seres humanos nos nutrimos también de un suministro externo, y aquí entran en juego la cosas que nos vienen de fuera, lo que nos dicen los demás, la forma como las personas de nuestro entorno nos tratan a través de elogios, halagos y cosas positivas o por el contrario de críticas destructivas.
autoestima saludable
Para tener una autoestima saludable, lo ideal sería disponer de ambos tipos de suministros de forma adecuada, es decir, tener un buen dialogo interno y tener también cosas reforzantes que provengan del exterior. Desafortunadamente solo tenemos bajo control aquello que nos decimos a nosotros mismos, las opiniones de los demás, son fluctuantes, cambiantes, dependientes de muchas variables y sobre ello no tenemos control.
El trabajo en sesión consistirá siempre en evaluar como se encuentra ese suministro interno y dirigir acciones a mejorarlo, muchas veces será necesario reestructurar ideas irracionales que tenemos acerca de nosotros mismos, en otros casos será necesario aprender a tomar distancia de esos pensamientos que tanto daño nos hacen, en cualquier caso el objetivo consiste en mejorar la calidad de nuestro suministro interno, de forma tal que cuando nos lleguen mensajes de desaprobación o critica destructiva desde fuera (suministro externo), nos encontremos en capacidad para filtrar esa información que recibimos y de esta manera, pasando el filtro de la reflexión acerca de nuestra valía personal, dicha información no impacte de lleno en nuestra autoestima. En pocas palabras, que no nos afecte tanto lo que nos digan los demás.
cultivar una buena autoestima
Para terminar, me gustaría compartir esta metáfora que se me ha ocurrido pensando mucho en que es la autoestima, que significa cultivar una buena autoestima y que es lo que socialmente se nos esta vendiendo como amor propio.
Historia de una fiesta
Esta es la historia de una fiesta, una fiesta a la cual no todos estaban invitados a pasar, es más, tenía un cartel en la puerta que dejaba claro que solo podían pasar personas con buenas razones para tener una alta autoestima. Un anciano que pasaba por la zona se interesó en la fiesta y decidió que quería entrar. Se acercó a la puerta, pero el hombre encargado de la seguridad le impidió el paso argumentando que las personas que se encontraban dentro de la fiesta eran todas jóvenes, guapas y exitosas. Es decir gente digna de tener autoestima.
El hombre de la puerta observó de forma despectiva al anciano y juzgándolo por su aspecto le preguntó desconcertado por qué pretendía entrar a la fiesta. Aquí solo hay gente joven y atractiva, no creo que sea su caso le dijo al anciano. Hay una sala Vip para gente exitosa, ¿es usted una persona de éxito?, ¿Es acaso el directivo de una importante empresa?, ¿Ha destacado especialmente en algún deporte?
El anciano estaba cada vez mas desconcertado y le dijo lo siguiente al hombre encargado de la puerta: en realidad ya no soy joven, no tengo un cuerpo atractivo, no se si en mi juventud lo tuve…tampoco soy un directivo de éxito, no he destacado en deportes. He cultivado mi autoestima, eso sí, he cuidado de mi mismo y de los demás, he cultivado mis relaciones con las personas importantes, he reconducido mi camino cuando sentía que no iba por la senda adecuada, he aprendido de la pérdida y de la adversidad, he invertido en mi bienestar intentando tomar las mejores decisiones, aprendiendo claro está, de mis errores, muchas veces no he conseguido lo que he querido, pero he vuelto a intentarlo, del mismo modo o de formas nuevas, también he cuidado del jardín de mi vida procurando buscar el bienestar propio y cuidando mucho los vínculos con las personas valiosas de mi vida, me he aceptado de forma incondicional a pesar de mis errores y mis limitaciones y ahora a puertas ya del fin de la vida, puedo mirar hacia atrás y decir con un suspiro de satisfacción: “ok, no ha estado nada mal”.
El hombre encargado de la puerta estaba desconcertado, ahora comprendía la razón por la cual había tan pocas personas en la fiesta…solo unos pocos habían alcanzado lo que se conoce como “éxito”, solo algunos eran atractivos, la juventud y la belleza eran efímeras, los logros eran algo relativo, decidió que él también quería descubrir lo que significaba tener una buena autoestima, pensó que había llegado el día de empezar a cultivar en ello y por que no…en empezar una nueva vida.